Por: Eurípides Blue
En México la mescolanza de sangres es algo que se refleja en su gente, su gastronomía, su lenguaje, su cultura.
En un mundo globalizado donde la homogenización es algo que se vive día a día gracias a los avances tecnológicos, es de suma importancia visibilizar la diversidad étnica de nuestro país y a la que comúnmente le damos la espalda ya sea por desconocimiento o por discriminación.

Foto: Eurídice Sifuentes
Actualmente, en un esfuerzo por evidenciar y concienciar que en México la afrodescendencia es una realidad que muchos ignoran, surgen dos propuestas visuales para dar fe de que la comunidad negra, pese a ser negada y marginada, sigue en pie y luchando para el reconocimiento de sus derechos, usos y costumbres que validan su existencia frente a la ley.
La primera propuesta nos espera en el Centro de la Imagen emplazado en la Ciudadela, justo donde se encuentra la Biblioteca México. Bajo el nombre de Afromericanos, la exposición visibiliza siglos de discriminación, opresión y negación de las tradiciones Afroamericanas en Latinoamérica. La exposición, inaugurada el pasado 17 de agosto, está conformada de 400 imágenes a las que se les suman objetos de más de 70 artistas afrodescendientes de distintas partes de Latinoamérica incluyendo a México.
Para abrir boca, en la entrada a la expo se aprecia un mural pintado in situ por los artistas panameños Manuel Golden y Gustavo Esquina y el mexicano Baltazar Castellano; el cromatismo se va modificando según el país y la región capturada. Cada sala es un deleite y una sorpresa ya que cuenta con textos entre descriptivos y poéticos que dan sentido a los objetos y las imágenes contemporáneas y de archivo, posibilitando la re-estructuración del imaginario de las comunidades afrodescendientes tanto dentro como fuera de nuestro país.

Foto: Eurídice Sifuentes
En particular me identifiqué con los retratos de los mascogos. Ellos, a diferencia de los afrodescendientes introducidos por Veracruz o Guerrero como esclavos, llegaron a Coahuila escapando de la esclavitud en Estados Unidos. El Gobierno mexicano los admitió y nacionalizó con la condición de formar un ejército para resguardar la frontera; a cambio, recibieron tierras y ganado. Posteriormente se establecieron en el Municipio de Múzquiz Coahuila y actualmente en esta localidad viven alrededor de 70 familias que cada 19 de junio celebran la abolición de la esclavitud en Texas.
A lo largo del recorrido se aprecia la belleza de la piel negra y la riqueza cultural que África nos dejó. Como plus en el recinto habrá visitas guiadas, charlas, talleres, un ciclo de cine, una muestra gastronómica y la cereza del pastel es una noche negra con ritmos afroamericanos que se realizará el día 27 de octubre. La exposición termina el 4 de noviembre, así que todavía pueden disfrutarla.
La segunda propuesta nos lleva a la Cineteca Nacional donde es proyectada la película “La Negrada”, que es el primer filme mexicano de ficción que de una manera “naturalista” da una visión del día a día de una población afrodescendiente de Oaxaca.

El proyecto de realizar la película surgió justo por la discriminación vivida por el mismo director Pérez Solano, quien creció en la región mixteca oaxaqueña. A pesar de que los actores no son profesionales sino gente que el mismo director tuvo que buscar y convencer para que participaran en la película, la emoción proyectada en cada una de las escenas tiene una fidelidad que vuelve casi imperceptible la ficción presentada, que en palabras de la directora de arte Lola Ovando, es un mosaico de historias recopiladas por el director a lo largo de 2 años en sus visitas a la Costa Chica.
Corralero es la comunidad donde se filmó la mayor parte de la película; cabe mencionar que la población vive en condiciones de miseria y actualmente es azotada por el narcotráfico, sin contar que la escasez de fauna marina obliga a sus habitantes a abastecerse en Guerrero para ofrecer algo a los turistas que visitan el sitio.
La cosmogonía del “Tona”, el queridazgo, las luchas de movimientos aislados por el reconocimiento de los afrodescendientes, la relación del mar con el negro y la naturalidad con la que se aborda la sexualidad son algunos puntos clave del largometraje.